Fijar posiciones sin titubeos sobre determinados temas puede resultar incómodo para un escritor, más aún, si se trata de un autor laureado. A Patricio Pron no le tembló el pulso a la hora de escribir los relatos que forman parte de su libro Trayéndolo todo de regreso a casa (Alfaguara, 2021). La claridad de pensamiento, las características de la naturaleza humana y las opiniones diáfanas son los pilares fundamentales de esta obra.
Patricio Pron escudriña en los sentimientos de los personajes, en sus angustias, en sus debilidades, en sus contradicciones; penetra en lo más sublime y en lo más perverso de cada uno, describe la morbosidad que produce la tragedia. En todo individuo siempre hay aspectos ocultos que impiden conocerlo con transparencia.
El lenguaje es un tema crucial en este libro. Ese sistema de signos que integramos de manera adecuada en el cerebro humano es lo que permite una comunicación efectiva. Cuando la transferencia de un código común se trastoca es imposible que el mensaje se transmita de forma eficaz, por lo que corremos el riesgo de interpretar erróneamente lo que se nos quiere decir. Eso explica que dos personas que se amaron a lo largo de su vida no se entendieran de manera diáfana. El mismo hecho puede darse en el contexto de un suceso traumático y servir de protección ante la crueldad; en otros, no queremos entender lo que se nos dice o condenamos a la soledad a quien pretende comunicarse.
El lector puede sentir la importancia que el autor le da a la comunicación, incluido el lenguaje no verbal. La expresión de la mirada constituye en “El perfecto adiós” una manera eficaz de comunicarse entre un padre y su hijo huérfano. De este cuento merece la pena destacarse la siguiente frase: “A él las palabras se le confundían siempre; siempre, al menos, desde que su padre le había dicho que las palabras eran cosas engañosas en las que no hay que creer, artefactos sutiles que el Diablo usa para manifestarse y engañar a los hombres”.
El autor narra sobre el oficio de escritor y escribe con crudeza sobre el ambiente literario. Hay situaciones que, por conveniencia o temor a represalias, los autores prefieren obviar de sus obras, pero en Trayéndolo todo de regreso a casa, Patricio Pron las aborda sin disimulos. La dinámica de muchos concursos literarios, la actuación de los jurados, el aire de divismo de algunos personajes que rayan en lo patético, el contenido de los manuscritos que se mandan a estos eventos, son tan solo algunas de las situaciones que se abordan en este libro.
Ante la presunta muerte de seres queridos, queda el subterfugio de una incertidumbre desesperante por volver a verlos. No importa el tiempo. En esa espera vacua llega la vejez. El duelo tan solo es posible ante la certeza absoluta de la pérdida, de la muerte que se constata.
La relación entre padres e hijos es un tema que el autor no deja por fuera. El engranaje de ese nexo entre progenitores y descendencia es una idea que desarrolla en más de un relato.
Trayéndolo todo de regreso a casa es un libro rico en contenido que apela a la parte más sensible de todo lector. La conservación del ambiente y el sensacionalismo y el estigma con el que se maneja el caso de un personaje con síndrome de inmunodeficiencia adquirida, dejan una interesante reflexión.
Leer Trayéndolo todo de regreso a casa es percatarnos de la importancia del lenguaje, del daño que podemos hacer cuando no lo usamos de forma adecuada. Al comunicarnos, debemos hacerlo bien, esforzándonos por entender y respetar a las demás personas. Es una obra escrita con gallardía en la que los tabúes y estereotipos quedan aparcados en los terrenos minados de la hipocresía.
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