¿Tiene el ser humano la potestad de decidir cuándo y cómo morir? Esa es la trama principal de la novela ganadora del Premio Alfaguara de novela 2023 (Alfaguara, 2023), Cien cuyes de Gustavo Rodríguez. A pesar de ser un hecho natural, a la gran mayoría de las personas no les gusta abordarlo; sin embargo, en esta obra, el autor lo hace de forma amena con un humor bien dosificado sin quitarle importancia al asunto.

En Eufracia Vela el lector reconocerá a un ángel de la muerte que por momentos le parecerá piadoso y por otros le lucirá tétrico. Además, a través de la interacción de este personaje con el resto, el autor nos irá mostrando las diferencias sociales de la sociedad peruana y la transformación de Lima en una de las grandes capitales latinoamericanas. Algunas escenas estarán salpicadas por las pinceladas que permiten las palabras para mostrar las diferencias étnicas que se presentan en países como Perú.

Eufracia Vela es una cuidadora de ancianos, una mujer abnegada en su trabajo que se encariña con cada uno de los viejitos que cuida, algo que no siempre se corresponde con la realidad de quienes desempeñan estas actividades. Cada uno de los ancianos reconocerán en ella a ese ser capaz de ayudarlos a cumplir su última voluntad: morir de forma digna. En Eufracia confluyen la bondad y una inocente avaricia, pero avaricia al fin.

En Cien cuyes se aborda el drama de la vejez, de la nostalgia como refugio último frente a la soledad, el abandono de la familia, la amistad que se establece entre un grupo de ancianos que se reconocen en el infortunio que es el paso de los años y la pérdida de las facultades físicas. Toda esa realidad es mostrada con diálogos acertados en medio de referencias a películas y canciones que evocan la juventud.

Resultará inevitable no pensar en la eutanasia como el derecho de todo ser humano cuando ha llegado al ocaso de la vida; una circunstancia que se hará evidente de múltiples formas. Cada uno de los ancianos de esta novela partirá sin aspavientos ni dramatismos, poniendo ellos mismos el punto final en las historias de sus vidas. Una decisión que probablemente más de uno quisiera tomar y no pueden o no tienen la valentía para hacerlo. No siempre se reconoce que se ha llegado a un punto de la existencia donde no hay más nada que buscar ni qué hacer. Estos personajes tomarán su decisión con valentía, de forma íntima y la única con la que compartirán ese secreto será con Eufracia Vela.

La convivencia de la cuidadora con los ancianos le permitirá a Eufracia, cuando le llegue su momento, saber cuándo y cómo deberá poner fin a sus propios días. Sabrá que es mejor despedirse de los seres queridos y reconocerá la importancia de esa imagen última que se debe dejar en los hijos.

Gustavo Rodríguez logra una obra amena, narrada con gracia. Es una novela interesante, en la que el lector se mirará a sí mismo y a su entorno. No se puede dejar de leer.


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