La novela del escritor francés David Foenkinos Hacia la belleza (Alfaguara, 2019) es diferente, entre otras cosas, por su argumento. Un catedrático de Bellas Artes de Lyon es empleado como vigilante en el Museo de Orsay de París. La situación, que no deja de resultar curiosa, es el punto de partida de una narración cálida con la que el lector se sentirá cómodo.
El mundo de la pintura es el ambiente en el que se desenvuelven los personajes. El texto nos muestra lo cautivador que puede ser observar un cuadro; sin embargo, muchas veces lo vemos sin captar todo lo que el artista ha plasmado en él. Después de leer Hacia la belleza, el lector probablemente apreciará los cuadros desde una perspectiva distintiva, será más acucioso e intentará descubrir lo que el artista quiere expresar.
En esta novela lo sublime del arte se convierte en un alivio frente al dolor, es como si fuera posible introducirse con la mirada en una pintura y pararse en medio del paisaje que admiramos, o hablar con algunas de las figuras plasmadas en un lienzo. La posibilidad de aminorar el sufrimiento a través del arte se hace tangible para los personajes de esta obra. Es un refugio ante la pérdida.
Entre la historia novelesca de Antoine Duris y Camille Perrotin y la vida del pintor italiano Amedeo Clemente Modigliani y la de su compañera sentimental, Jeanne Hébuterne, se establecen unos vasos comunicantes desde el punto de vista literario que le permiten al lector reconocer aspectos que pudieran resultar comunes en ambas historias. En la admiración que hace Antoine Duris del retrato de Jeanne Hébuterne destaca el rol de la belleza como una antítesis de la desgracia, lo que se verá corroborado a medida que se avanza en la lectura. Así mismo, se debe señalar la actuación de Yvan, un profesor que, con su barbarie, atacará de manera despiadada lo excelso que pueda haber en un creador.
Hacia la belleza es una novela que le muestra a los lectores en general que en las pinturas hay mucho de cada artista. Existe una analogía entre un cuadro y una obra literaria, porque en ambos casos hay mucho de sus creadores. Esta novela es distinta, no solo por el tema, sino la forma en que se aborda; lo que en algún momento pudiera parecer absurdo, cobra sentido cuando se llega al final de la trama.
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