El divorcio puede constituir un hecho traumático para los hijos, sin embargo, los cónyuges, llevados por sus enfrentamientos pueden dejar de lado este aspecto. Es una realidad que vivimos a diario. No es infrecuente que los padres tengan la custodia compartida, y que, en ocasiones, las heridas no cicatrizadas se trasladen a una descendencia que puede encontrarse indefensa ante las circunstancias.  En una situación como esta se desenvuelve Théo, el protagonista de la novela Las lealtades (Anagrama, 2019), de Delphine de Vigan.

A lo largo de la obra, la escritora pone de relieve el conflicto de este joven de doce años frente a la situación de sus progenitores. A pesar de su corta edad, tiene la madurez suficiente para guardar silencio sobre las dificultades que, a medida que avanza la narración, vive su padre y la repulsa que experimenta su madre por quien fuera su esposo. Esa circunstancia hará de Théo un joven lleno de temores que lo llevarán a librar una feroz lucha interior. El alivio a su situación familiar lo encontrará en el alcoholismo, lo que se convertirá en un tema fundamental de la obra.

Hélene, una de sus profesoras, es quien se interesa por Théo, al intuir en su conducta que al joven le pasa algo. En este sentido merece la pena mencionar una frase de este personaje: “Sé que los hijos protegen a los padres y qué pacto de silencio los conduce a veces a la muerte”. Pero al querer ayudarlo, nadie la oye, incluso llegan a expulsarla del colegio por esta causa. La ignorancia del sufrimiento de Théo, no solo por sus padres, sino también por los docentes que le dan clase, pudiera considerarse una forma de maltrato infantil.

Mathis, un compañero de Théo, con un hogar en apariencia funcional, es el amigo leal que lo acompañará en su desventura, que no lo dejará a su suerte, que llamará en el último momento pidiendo auxilio para su amigo.  Ellos representan la amistad sincera que suele fraguarse en la adolescencia; son el ejemplo del afecto sin dobleces que se consolida desde la niñez.

Las lealtades es una novela que todo padre debería leer. No los dejará indiferente. Al terminarla será inevitable no pensar en nuestros hijos, en los problemas y riesgos que corren los adolescentes, en cuántas veces hemos volteado la cara ante situaciones que merecen nuestra atención.

En la primera página Delphine de Vigan define de manera estupenda la lealtad; una vez leída, con independencia de lo que siga después, el lector sabrá que llegará al final de la novela.


2 comentarios

ruth presilla · octubre 30, 2019 a las 11:48 am

Buenos días, excelente como se relata la novela me gustaria mucho leerla, lamentablemente quienes vivimos un divorcio en ocasiones no sabemos los daños que le ocasionamos a nuestros hijos con la diferencias con sus padres por eso debemos aprender sobre el tema.

    @JMMoralesChavez · octubre 30, 2019 a las 6:51 pm

    Hola, Ruth. Muchas gracias por tu comentario. Como padres siempre debemos estar atentos a nuestros hijos. Un saludo.

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