En junio de este año se cumple el centenario de la muerte de Franz Kafka. El legado literario de este escritor se mantiene intacto a pesar de los años, tal y como puede constatarse en su obra La metamorfosis (Penguin Random House Grupo Editorial, 2023). Esta novela publicada por primera vez en 1915 es uno de los clásicos de la literatura universal.

La obra comienza con un absurdo. Después de un sueño intranquilo, Gregor Samsa amanece convertido en un bicho raro, una especie de escarabajo. La circunstancia será aprovechada por el escritor, quien nos mostrará diferentes aspectos de la existencia humana. El insecto en el que se ha convertido el protagonista, sin explicar por qué, representa la despersonalización que pueden sufrir los seres humanos y al mismo tiempo puede interpretarse como el preludio de la muerte.

La nueva condición de Gregor Samsa trastocará la dinámica familiar. No solo se trata de su aspecto físico, que resulta extraño y repulsivo, sino que lo más importante es que no podrá ir a trabajar y, por ende, la condición económica de la familia se verá comprometida. Es la mercantilización de la existencia. No importa que aquel insecto internamente siga siendo el mismo Gregor de siempre que se maravilla cuando su querida hermana Grete toca el violín. Vales lo que produces, lo que tienes. La vida es dinero, por lo que el personaje principal pasará a convertirse en un estorbo. Una figura incómoda para su familia.

Gregor Samsa soportará la presión de su jefe, quien lo va a buscar y sale espantado al ver el aspecto que tiene. A pesar de los cambios morfológicos que ha sufrido, Gregor siente angustia por no poder acudir a su trabajo.

En La metamorfosis queda reflejado el repudio de la sociedad, incluso de la propia familia, por quien es diferente. Prevalecen más los convencionalismos y el dinero, que el respeto a la condición del individuo. Hasta Grete, la muy querida hermana de Gregor, quien inicialmente le llevaba la comida, termina por darle la espalda. Para el caído en desgracia no hay otra opción que el aislamiento. La consecuencia del rechazo es la tormentosa soledad que, inevitablemente, es caminar de forma apresurada hacia la muerte.

Del cuarto de Gregor inicialmente sacarán los muebles, tan solo dejarán un sofá y la estampa recortada de una revista en la que aparece una mujer cubierta de pieles y que se encuentra enmarcada y pegada a una de las paredes; Gregor se aferrará para evitar que también le arrebaten ese objeto, que no sería más que el reflejo del amor. A medida que el tiempo novelesco transcurre, el cuarto lo llenarán de trastos. Gregor dejará de comer. Permanecerá arrumado como un objeto inservible más. Estará sucio, lleno de polvo, igual que una persona abandonada a su suerte, que se entrega al descuido como expresión última de su tristeza, de ese vacío interior que es la nada.

En cada uno de los personjes el lector podrá reconocer a diferentes actores sociales: el padre autoritario, la madre que se debate entre el amor por su hijo y la presión del entorno, la traición de la hermana, la repulsión de las empleadas de la casa donde viven.

Leer La metamorfosis es adentrarse en los sentimientos y las miserias de los seres humanos. Es fácil acordarse de los que permanecen en una condición precaria por desempleo o por tener una enfermedad crónica discapacitante; es también, ver el reflejo inclemente, a veces intolerante, de las personas con aquellos que consideran diferentes.

Franz Kafka, este maravilloso escritor nacido en Praga el 3 de julio de 1883, a través de su obra, ha hurgado en la psiquis del ser humano. Todo aquel que lo lea tendrá la oportunidad de reflexionar sobre quienes los rodean, pero fundamentalmente sobre el comportamiento de sí mismos.

Imagen tomada en la Estatua de Franz Kafka en Praga, del escultor Jaroslav Róna

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