Leer El francés y otros relatos (Kalathos, 2020) de Borja Goyenechea es una experiencia extraordinaria. Pocas veces se tiene la oportunidad de que un libro impacte de forma tan contundente al lector. Todos los cuentos son excelentes, uno mejor que el otro.
El autor, un joven peruano de tan solo veintiún años, tiene una capacidad narrativa y creativa asombrosa, con un estilo muy particular que lo desmarca del resto de escritores. Goyenechea derrocha talento. Hay calidez y agilidad en la narración, al tiempo que el autor deja cavilando al lector según se avance en la lectura.
El comportamiento de las masas humanas aparece en buena parte de los cuentos, con la particularidad que el discurso de las distintas historias puede trasladarse a un plano más personal. Las masas se mueven en bloque, carentes de raciocinio y rebosantes de una curiosidad morbosa, guiadas por una solidaridad tácita que llega al absurdo. La irreflexiva sed de justicia se transforma en una ira ciega que termina por destruir a los personajes, quienes se aniquilan con su odio. Esta temática la podemos encontrar, entre otros cuentos, en: “Ojos de tinta negra” y “La orquesta y los subterráneos”.
El alto precio que se debe pagar por ser uno mismo, por mantener posiciones o conductas que no son las de las mayorías, queda reflejado en “La primera vez que alguien caminó al revés”.
En “Tertulia animal” hay una disertación sobre el hábitat natural de los individuos. Es interesante el planteamiento sobre la realidad social de las personas. Suele darse por sentado que al sacar a alguien de un entorno que consideramos desfavorable, lo estamos ayudando, pero puede ser que ese alguien no lo vea de la misma manera. Cuando esta idea la llevamos a sociedades con enormes desigualdades socio económicas, empiezan a surgir interrogantes de cómo resolver de manera efectiva esos desequilibrios. Sin duda es un tema para pensar.
Mención especial merece el valor narrativo de “Será mejor no parar de escribir”, donde encontraremos un cuento dentro de otro, escrito con una maestría que dejará boquiabierto a los lectores. En esta narración el autor expone las aptitudes de un gran literato.
“El delirio de un moribundo” es una materia de actualidad, en la que queda clara la negación a la que a veces nos aferramos las personas como respuesta ante lo evidente, sobre todo cuando de hechos trágicos se trata.
La indiferencia de los habitantes de un pueblo del Perú, que bien puede extrapolarse a otros de la América Latina, ante la invasión extranjera representada por un forastero que llega con un arma, es mostrada en “El francés”. Es un cuento rico en contenido, sin perderse la idea central. Los personajes se desenvuelven en medio de la pasividad y la deslealtad, lo que le permite al extraño imponerse como autoridad única de aquel desolado lugar, administrador absoluto de la justicia y por ende dueño y señor de las tierras.
Es emocionante leer un libro cargado de creatividad. Es esperanzador que un escritor tan joven nos deje una narración con reflexiones profundas que nos devuelve, de forma concienzuda, a la realidad con la que nos topamos cada día. Borja Goyenechea está llamado a convertirse en uno de los grandes narradores de nuestro tiempo.
2 comentarios
Marysabel Vasquez Torres · diciembre 8, 2020 a las 11:05 am
Nuevamente la crítica del escritor Juan Manuel Morales hacía un texto en particular, nos deja con ganas de leerlo o básicamente de sentir interés, desde mi opinión personal todo lo referente al comportamiento humano es interesante y digno de nuestra atención.
@JMMoralesChavez · diciembre 8, 2020 a las 11:11 am
Muchas gracias, Marysabel. Espero tengas la oportunidad de leer este extraordinario libro. Un saludo afectuoso.